viernes, 20 de noviembre de 2009

Un diálogo entre dos piedras

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¿Quién eres?
- Un ser humano, una especie con vida, perteneciente a la Tierra, cuya evolución ha hecho que pueda dar respuesta a esta pregunta.
¿Cual es tu cometido aquí?
- Ser feliz, disfrutar del tiempo que permanezca con vida.
¿Y eres féliz?
- Según tengo entendido, sí
¿Qué es la felicidad?
- Pues evitar el dolor y conseguir un continuo estado de placer.
¿Si no sintieras dolor, serías feliz?
- Creo que sí
¿Crees entonces que una piedra es feliz?
- Las piedras ni sienten ni padecen, no se les puede atribuir sentimientos.
¿Pero no sienten dolor, verdad?
- No, pero tampoco sienten placer.
¿Entonces tú si no sientes placer no eres feliz?
- Hombre, no estoy continuamente sintiendo placer, ni dolor, hay momentos que no siento nada.
¿Hay momentos que eres "piedra", entonces?
- No piedra no, porque sigo sintiendo, lo que pasa que no siento dolor, ni placer, estoy en un término medio.



Y en ese término medio ¿Eres feliz?
- No sé, ahí me siento normal, ni feliz ni triste, en un estado intermedio, pero al menos no siento dolor, eso si, digamos que sí, soy feliz de algún modo.
Entonces, la piedra de la que hablabamos antes, si no siente nada sería feliz, ¿no?
- Ya te he dicho, que la piedra no reconoce los sentimientos, ni las
emociones, no siente nada. Lo que está claro que no va a sentir placer nunca.
Pero tampoco va a sentir dolor, por lo tanto va mantenerse siempre dentro de un estado más cercano a la felicidad, ya que jamás sentirá dolor.¿no?
- Pero es una piedra, ya te he dicho que no va a sentir nada.
¿Tú te cambiarías por una piedra?
- Para qué ¿para no disfrutar de la vida? Tengo que aprovechar el tiempo para disfrutar, ya tendré tiempo de ser piedra, cuando esté muerto.
¿Tienes miedo a la muerte?
- No tengo miedo a algo que sé que va a pasar tarde o temprano, lo que no puedo hacer es pensar en ella continuamente, si no, no disfrutaría del momento.
Si no pensaras entonces, no tendrías miedo a la muerte,¿no?
¿Qué te diferencia ahora de la piedra, si anhelas su capacidad de no pensar para disfrutar?
- Joder, que es una piedra coño, yo soy un ser humano, no compares.
¿Te crees superior a ella?
- Pues claro.
¿Y si te dijera, que no eres más que una piedra, pero con la capacidad de pensar que lo eres?

jueves, 19 de noviembre de 2009

Aquí y ahora

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Sócrates: Cuando eres guerrero, aprendes a meditar en cualquier batalla

Dan:- ¿Fregando lavabos?

Sócrates: Evitando lo superfluo, como tu orgullo, dejando tus adicciones

Dan:- Ya me dirás que adicciones tengo

Sócrates: Hablar, especialmente interrumpir, saberlo todo, cuando no sabes nada

Dan:- ¿Y crees que eso, ampliará mi conciencia de las cosas?

Sócrates: Sólo tienes el presente, Tom

Dan:- ¿Me has vuelto a llamar tonto del culo?
Porque estoy empezando a pensar, como alguien solo, y que lleva una vida como la tuya, me puede enseñar algo, de verdad, ¿eres feliz así? Puede que seas de esos que al no haber triunfado, dice que el mundo no tiene solución, que lo material no importa, y que se puede ser feliz con menos, menos ¿de qué? ¿menos de nada?


Sócrates: Te llamo tonto del culo, cuando te comportas como tal, como ahora Dan, cuando dejas que las emociones te controlen

Extraido del Guerrero Pacífico

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Visión PO-ética V

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Me vas a volver loco

Lloré solamente una gota cristalina,
reí únicamente por un instante,
sentí efímeramente una brisa marina,
noté levemente el tiempo restante.

Olvidé por completo lo olvidado,
para empezar de nuevo a olvidar,
recordé nada de lo aprendido,
para terminar del todo a recordar.

Para P.M.C.

domingo, 15 de noviembre de 2009

El único factor de la felicidad

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Dentro de la diversidad de significados que hay de la felicidad, considero que algunos aspectos deberían ser genéricos.

La felicidad no puede depender de un solo factor, y menos que ese factor sea efímero.
Por lo tanto, deberíamos distanciar todo aquello provisto de caducidad. El dinero, sería uno de los factores erróneos para llegar a tal propósito, ya que se trata de un solo componente, y a la vez perecedero. Otro objeto inexacto sería el amor de pareja, ya que depender de él para conseguir la felicidad, es depender de una tercera persona, ajena a nosotros, y por supuesto algo caduco, persistente por una conjunción química proclive a ralentizarse y desaparecer.



Dejaremos de enumerar más posibles causas, y terminaremos enunciando la verdadera esencia de la felicidad.
Algo que sea eterno, que permanezca en nosotros hasta nuestro final, no sería más que nuestro propio concepto de nosotros mismos, ese concepto o estima, es la que nos acompañará hasta la terminación de nuestra obra como seres sensitivos.

Por lo tanto, la felicidad depende única y exclusivamente de un solo factor, la autoestima o auto concepto de nosotros mismos, que no es más que un cúmulo de diversos matices infinitos, que se engloban para formar la esencia de cada uno.

La felicidad no habita fuera de nosotros, está y estuvo dentro de cada uno, solo hace falta saber indagar para encontrarla.

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