Nuestra condición humana nos permite dudar, dudar absolutamente de todo, poner en tela de juicio cualquier injusticia que según tu prisma óptico lo identifica como tal.
Negar la realidad y construir cada día una nueva, siempre con la intención de buscar tu propia identidad, no dejándote arrastrar por la corriente como una simple gota de agua de un río.
Dudar, indignarse, concienciarse, son tres alimentos básicos para construir al ser humano. El pan nuestro de cada día es este y no la barra que se hornea en una ciudad hipócrita llamada Vaticano.
El amor es la sustancia o el ingrediente que necesitamos para poder llegar a la culminación de nuestra vida con un propósito logrado, el amor primeramente por intentar cambiar el mundo, con esa intención y voluntad, ya has logrado al menos ser más humano. Pasas de ser una simple gota de agua del río, a una piedra que lucha contra corriente y la erosión de no verse arrastrado.
La psiquiatría es una herramienta más de este sistema en la búsqueda de adormecer las conciencias, seguro que muchas de las personas que iban contracorriente en la antiguedad, su médico de cabecera les hubiera derivado a un especialista de salud mental. Me imagino a Galileo, Diógenes, Einstein y Darwin pasando por la consulta, y recentándoles un anulador de conciencia para ser transportados por el río dejándose llevar.
Intenta salir de la cueva de la desinformación, busca ayuda en el conocimiento, no dejes manipularte, mira más allá, y encontrarás la realidad y por lo tanto una nueva identidad, en definitiva, lucha por ser más humano resguardándote en la felicidad de ver tu verdadero camino en la vida, y no el camino que quieren para tí.
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