Ese colorín ahí, sí, me gusta...

En estos momentos de crisis económica, o recesión, (no voy a caer en la trampa de la semántica) algunos empresarios han caido en la cuenta de muchas cosas, como por ejemplo que durante los años de bonanza, al disponer de una viabilidad monetaria, se han ido "dejando" en algunos aspectos.

Eso mismo ocurre con una mujer u hombre que llevan casados 20 años, (no hace falta estar casados, y menos estar tanto tiempo). Se cae en un acomodamiento, una monotonía, habituación, la cual nos hace conseguir la curva de la felicidad, vestimenta anclada, o un desaliño de peluquería digno de Santiago Segura.

Como todo en esta vida no es para siempre, cabe la posibilidad, y es muy probable, que nuestra relación, por H o B, se acabe, dejándonos únicamente la herencia de un físico e imagen denostable.



Claro, qué ocurre, que hay que volver a estar en venta, y eso nos llevará su tiempo antes de empezar la búsqueda incesante de nuevos clientes, y para ello hay que ponerse a la última, renovarse, y cuidar la imagen.

Esto mismo ocurre con las empresas de ahora, en momentos de crisis actuales, sus clientes les están dejando. Éstas, al pensar que eran para siempre, cayeron en la dejadez, percatándose ahora de su imagen paupérrima, joder, hasta las facturas iban en servilletas de bar.

Ahora la imagen cuenta de nuevo, recaptar clientes, ampliar el horizonte, un manual de identidad corporativa en condiciones, si es que lo había... cosas que antes no se valoraban en absoluto, ya que todo estaba mascadito.

En definitiva, grandes empresas son grandes, por que mantienen una imagen impecable durante toda su existencia, y las empresas seguirán siendo pequeñas, siempre y cuando no cambien su imagen, por eso, el diseño, la publicidad y demás, no son símplemente, ese colorín ahí, sí, me gusta...