domingo, 23 de mayo de 2010

El día a día de un obsesivo

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Las obsesiones son persistentes ideas, pensamientos, impulsos o imágenes que son experimentadas como intrusivas e inapropiadas y que causan marcada ansiedad o angustia. Las características de intrusión e inapropiedad de las obsesiones han sido descriptas como "ego distónicas". Esto se refiere a la sensación del individuo de que el contenido de la obsesión le es extraño, no está dentro de su control y no es la classe de pensamiento que esperaría tener. De cualquier modo, el individuo es capaz de reconocer que las obsesiones son producto de su propia mente y que no son impuestas desde fuera (como en la inducción de pensamiento).

Las obsesiones más frecuentes son pensamientos repetidos sobre la contaminación ejm. contaminarse al estrechar la mano) dudas repetidas (ejm. preguntarse si se ha realizado algún acto como dañar a alguien en un accidente de tráfico o haber dejado una puerta sin cerrar), la necesidad de disponer las cosas en un orden determinado (ejm. experimenta angustia intensa cuando los objetos están desordenados o asimétricos), impulsos agresivos u horrendos (ejm. herir al propio hijo o gritar una obscenidad en la iglesia) e imaginaciones sexuales (ejm. una imagen pornográfica recurrente). Los pensamientos, impulsos o imágenes no son simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real (ejm. inquietudes normales de la vida como el dinero, trabajo o estudios) y es improbable que estén relacionados con problemas reales.

El individuo con obsesiones generalmente trata de ignorar, suprimir cada pensamiento o impulso o de neutralizarlos con otro pensamiento o acción (una compulsión). Por ejemplo, el sujeto lleno de dudas acerca de si ha cerrado el gas intenta neutralizarlas comprobando repetidamente para asegurarse de que está apagado.

Por definción, los adultos con Trastornos Obsesivos Compulsivos, han reconocido en algún momento que las obsesiones o compulsiones son excesivas e irracionales. Este requisito no se aplica a los niños, ya que ellos pueden carecer del conocimiento suficiente para emitir este juicio. Sin embargo, incluso los adultos tienen un gran margen de perspicacia hacia la irracionalidad de las obsesiones o compulsiones. Algunos individuos están dudosos acerca de la racionalidad de sus obsesiones o compulsiones, y esa intuición del individuo puede variar según las situaciones y el tiempo. Por ejemplo, el sujeto puede reconocer como irracional una compulsión de contaminación cuando es discutida en una situación a salvo (como en la consulta del psicólogo), pero no cuando cuando debe manipular dinero.

En aquellas situaciones en las que el individuo reconoce que las obsesiones y complusiones son irracionales, él o ella puede desear o intentar resistirse a ellas. cuando intenta resistirse a una compulsión, el sujeto puede experimentar una sensación de creciente ansiedad o tensión que es a menudo aliviada rindiéndose a la compulsión. Durante el trastorno, tras repetidos intentos de resistir las obsesiones o compulsiones, el individuo puede ceder a ellas, no mucho después de experimentar el deseo de resistirlas, y puede incorporarlas a sus rutinas cotidianas.

Las obsesiones y compulsiones pueden causar una gran angustia, pueden llevar mucho tiempo (costar más de una hora al día), o interferir significativamente en la rutina normal del individuo, en su labor ocupacional, actividades sociales o en sus relaciones de amistad con otros. Las obsesiones o compulsiones pueden sustituir conductas útiles y satisfactorias y pueden ser altamente desorganizadas por actos globales. Debido a que intrusiones obsesivas pueden distraer, frecuentemente resultan ineficientes para realizar tareas cognitivas que requieren concentración, como puede ser leer o realizar operaciones numéricas. Además, algunos individuos evitan aquellos objetos o situaciones que les provocan obsesiones o compulsiones. Cada evitación puede generalizarse y restringir severamente el funcionamiento global.

(Extraido de http://www.cop.es/)




La vigorexia no esta reconocida como enfermedad por la comunidad médica internacional, pero se trata de un trastorno o desorden emocional donde las características físicas se perciben de manera distorsionada, al igual que lo que sucede cuando se padece anorexia, pero a la inversa.

Una persona que siempre se encuentra con carencia de tonicidad y musculatura, puede sentir una necesidad obsesiva de realizar ejercicio físico para mejorar su aspecto corporal, haciéndolo de forma compulsiva, y con ello padecer vigorexia. Con esta, los cuerpos suelen desproporcionarse, adquiriendo una musculatura no acorde con la talla de la persona.

Este trastorno psíquico asocia belleza con aumento de masa muscular. Todo se relaciona con aumentar la musculatura del cuerpo, por lo que estos enfermos dedican su tiempo al mayor esfuerzo posible para aumentarla. Es entonces cuando relacionamos el consumo de anabolizantes o esteroides para que resulte más fácil y además mejore el aumento de la musculatura. Por ello, aumenta el riesgo de padecer enfermedades, lesiones, disfunción eréctil, fertilidad y cáncer de próstata, entre muchas otras.

Existen dos manifestaciones: la extrema actividad del deporte, o la ingesta o comedor compulsivo para subir de peso pero en el espejo verse esqueléticos y seguir comiendo más.

La vigorexia ha aumentado en su frecuencia de aparición (ahora la proporción es cuatro de cada diez mil personas[cita requerida]), pues lo que empieza con una simple idea de subir de peso puede ser una idea mortal. La baja autoestima, convulsiones, mareos, dolores de cabeza y taquicardias son síntomas de este desorden. Es más mortal que la anorexia[cita requerida] y bulimia, ya que el cuerpo humano sólo puede soportar un período máximo de 6 meses con éstos trastornos.

El perfil de una persona que presenta este trastorno incluye:

Obsesión por un cuerpo musculoso al extremo, ya que aunque ya lo haya conseguido, su visión está tan distorsionada, que al mirarse al espejo aún continuará viéndose débil.
Distorsión de la imagen corporal.
Autoestima baja.
Entrenamiento con dedicación compulsiva y casi exclusiva. Se deja en segundo plano otras actividades sociales o culturales.
Adicción a la báscula.
Tendencia a la automedicación.
Dieta muy alta en proteínas, complementada con productos anabólicos y esteroides en la mayoría de las ocasiones.

Naturalmente, los factores socioculturales (el culto al cuerpo), poseen un papel importante en estos trastornos, pero también hay ciertas alteraciones en los neurotransmisores cerebrales relacionados con este tipo de patologías. El tratamiento debe ser psicológico, ya que se debe intentar cambiar la conducta de la persona, su autoestima y su pánico a un fracaso.

La mejor medida para evitar estos trastornos, tanto vigorexia como anorexia y bulimia, es la prevención, ya que esto lo causa una obsesión por poseer el mejor físico, la mejor imágen ante la sociedad.

Por ello, lo mejor para estos casos es aceptarnos cada uno como somos, y no querer ser siempre como los estereotipos que tenemos en la sociedad de cuerpos de 10, "si tienes un cuerpo de 10, eres mejor", ya que no es así, debemos querernos como somos.

La ayuda de familiares y/o amigos es primordial, pues debido a la vergüenza de su enfermedad, los pacientes evitan ir con especialistas.

La enfermedad puede ser mortal. Una de sus complicaciones es la atrofia del músculo cardiaco, debido a la falta de sangre por su aumento de tamaño.

La obsesión de estas personas por su cuerpo les lleva a pasar un gran número de horas en el gimnasio,habitualmente suelen ser mas de 8 horas en el gimnasio por día, produciendo el aislamiento social, o incluso a consumir productos dopantes.

El tratamiento de este trastorno diagnosticado por Harrison G. Pope es multidisciplinar, centrándose sobre todo en terapias cognitivo - conductuales destinadas a modificar la autoestima, la imagen corporal que el vigoréxico tiene de sí mismo, y conductas tales como pesarse varias veces al día, entrenar muchas horas seguidas o ingerir gran variedad de suplementos alimenticios.

(Extraido de wikipedia).

viernes, 21 de mayo de 2010

Redes 60: La ciencia de la compasión

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Redes 60: La ciencia de la compasión

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Visión PO-ética XXXII

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Sé donde vives

He llegado a conocerte, y cada día te encuentro antes,
voy remitiéndote con la lógica, sin que ya me espantes,
boicoteador, sé donde vives, incluso mejor que tú mismo,
haré sacarte a escobazos para que salgas de mi organismo.

Dentro de muy poco, lograré vencerte para que no vuelvas,
y dejarás de intoxicar mi razón, sin dejarte que resuelvas,
te tengo acorralado en un pequeño rincón de mi inconsciente,
hasta que te libere para siempre dejando el lar de mi mente.

domingo, 16 de mayo de 2010

Visión PO-ética XXXI

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Altruismo disfrazado

Por cada paso que daba, doscientas sombras de ingratitud seguían,
por cada cigarro que sacaba, mil mecheros en su boca se encendían,
por cada paso que daba, dos mil sombras de codicia se reunían,
cada cigarro que sacaba, llamas de fuego insolidario aparecían.

Por cada paso que daba, ni una, ni dos, ni tres sombras le seguían,
por cada lágrima que sacaba, pañuelos de su bolsillo ya salían,
por cada paso que daba, luces egocéntricas cada vez más veía,
al no poder sacar un cigarro, la respuesta halló en la ría.

sábado, 15 de mayo de 2010

Visión PO-ética XXX

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Jarrón chino

El jarrón chino del comedor, lo trasladaron a la habitación,
sé que aún está ahí, aunque no lo pueda ver desde el sillón,
ahora miro el lugar vacio donde estaba, dándome cuenta otra vez,
que por mucho que mire, no lograré encontrarme de nuevo con él.

Me acostumbré a vivir viendo el jarrón de nuevo, en otro lugar,
algo que hizo ver que aunque no esté, no cambia nada mi hogar,
sé que hice lo posible, por ver en el vacio algo material y real,
pero la razón y el tiempo harán que aparezca de nuevo a lo visual.

viernes, 14 de mayo de 2010

Visión PO-ética XXIX

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Barreras abstractas

Herramientas ideológicas mágicas, mitigan la ansiedad,
a un cielo despejado, lo cubrían las nubes de soledad,
saltando baldosas de acera, volando con la imaginación,
de un constante y frío hielo, resucitaba a la desazón.

Constructo mental inherente a la voluntad de vivir,
descalificaba el temor, con solo tener que inhibir,
saltando barreras abstractas, volando con la razón,
logré un mundo empírico, idealizado con el corazón.

jueves, 13 de mayo de 2010

Visión PO-ética XXVIII

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El jinete de "Obsesión"

Estuve buscando la perfección, dentro de un error humano,
aislando el defecto, al tener el poder mental en la mano,
anulé negativas ajenas, razonando, con dejarles hablarme,
comencé a ver la eterna luz propia, al saber autoanalizarme.

Obsesión era un potro, que era alimentado por libertinaje,
atándolo en el establo de la mesura con cuerdas de coraje,
logré amaestrarlo sabiendo que sólo era parte de una idea,
y al personaje burlón, con observarle, no provoca ni pena.

jueves, 6 de mayo de 2010

Visión PO-ética XXVII

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Puedo vivir sin sol, pero no sin el calor de tu mirada,
sólo me alimento de tu caricia, a fuego lento cocinada,
no quiero ver el mar, pero me baño en tus ojos azulados
destrozo mi cama, para pernoctar en un rincón abrazados.

Someto a la calma a un continuo bucle vital de templanza,
tomando la recta de mi cordura con un sorbo de confianza,
derribo el muro de mis miedos con el martillo del acero,
hecho en la herrería de los sentimientos y del te quiero.

martes, 4 de mayo de 2010

Visión PO-ética XXVI

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Mirar arriba

La liebre teme mirar arriba por el halcón,
yo sueño con verte abajo desde mi balcón,
el halcón desea mirar abajo por su comida,
temo volver al balcón por no perder la vida.

Miedo a lo desconocido es lo que nos mantiene,
ignorancia futura es lo que aún nos sostiene,
soy la liebre que mira hacia arriba por ilusión,
tú el halcón que mira hacia abajo sin ambición.

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