Ictus empedrado
Aún continúa la lucha de una ciudad arribista
contra el mensajero enviado por el altruista
borrando las vivencias por parte de la sociedad
del legado volátil que emergió de la bondad.
Lapidando día tras día con la piedra belicista
al pobre y desprotegido corazón del pacifista
colapsándole sus latidos por el ictus empedrado
que se conformaba sin miramientos y descolocado.
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