miércoles, 9 de junio de 2010

Simios de Zara

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Contradictorios racionalizadores, denominaría a la esperpéntica existencia conductual del ser humano.

Citaré algunos casos:

Por un lado, renegamos de lo banal, la superficialidad. Renunciamos a enamorarnos únicamente por un aspecto físico, pero es totalmente falso. El físico nos proporciona la única manera palpable de observación del genotipo.

Lo primero, ese fenotipo puede haber sido modificado mediante cirugía estética, implantes, operaciones, tratamientos, etc. lo cual, es el primer error que cometemos, al guiarnos únicamente por lo observable.

Segundo, todos mencionamos que lo que importa es el interior, estamos hartos de oir, que la belleza está dentro, que el exterior es marchito, que solo es una cáscara. Pero, la probabilidad de que una persona con un exterior bello, tenga una relación, ya sea de tipo sexual o de índole sentimental es muchísimo mayor, que una persona menos agraciada. Por lo tanto, el físico, no es que sea fundamental, es que sea hace simplemente prioritario. Si lo aplicamos a un método matemático o probabilístico, el físico tendría el valor de 9, en una totalidad de 10.

Una vez que nos damos cuenta que esa persona es vacía, y solo es un trozo de carne, es cuando pensamos en que hemos errado, ya que como todo ser humano, somos proclives a errar, pero nos hemos dejado llevar por nuestros instintos básicos evolutivos, tampoco tenemos que sentirnos mal por ello.

Lo malo son los daños colaterales. Seguramente, que ya tenemos un hijo con esa lechuga con ojos, ahora que somos conscientes, buscamos un verdadero padre para nuestro hijo, pero claro, ese padre ya no va a tener descendencia, la mujer, entre pitos y flautas, se ha puesto en los 40, y por no provocar un embarazo peligroso optan, el primero por ella, ella por él, y todos por continuar esta mierda.



Continuamos dejando un legado de genotipos inválidos, crueles, falsos, no empatícos, y egocéntricos. Si creemos en la herencia y la descendencia cromosómica, de estos "triunfadores", alimentaremos cada vez más una generación absurda, anulada por los medios de comunicación, la moda vigente, conservadora, etc., pero eso sí, físicamente impecable.

Las nuevas visiones empáticas, altruistas, no tendrán cabida, ya que la propia naturaleza humana es la misma que anula este tipo de virtudes, hacia una raza superior físicamente, insensible y egoista.

Es más, seguimos creyendo que un buen físico nos aportará conquistas amatorias, algo totalmente cierto, ya que nos regimos por ello; de manera instintiva y hormonal, provocado por la descendencia de nuestros padres, los simios, así que es hipócrita pensar o decir que no es así.

En la parte social-relacional, continúa tal hipocresía y tergiversación de la propia realidad. Para más inri, la prostitución está extendida por un consumo de un 99% de hombres casados, nos creemos que somos monógamos cuando es meramente un constructo mental y social. La infidelidad está sustentada por la información que nos han impuesto las hormonas y el legado evolutivo de la selección natural, pero que intentamos anular con la razón, pero sería caer cada vez más y más, en la decadencia de la estructura social, de la conformación de parejas, y familias, bajo el sustento de la mentira, la represión y demás tabús sociales, yendo en contra de nuestra propia naturaleza.

¿No es hora de cambiar y ver esto sin un trapo en los ojos; golpear nuestro orgullo de seres superiores, y darnos cuenta que no somos más que un simio que se viste de Zara?

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