lunes, 28 de junio de 2010

Ya que soy este momento

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No ha sido una vida demasiado fácil, desde el punto de vista de una persona sensible, aunque ya no sé si esto es una escusa, porque todo desde el principio ha ido de mal en peor. Desde mi niñez con la autoprotección materna, para posteriormente no poder hacer frente a la cruda realidad de la vida, entre mi innatismo y la imposibilidad de defensa por parte de la figura de la madre.

Todo esto generó en un trastorno obsesivo compulsivo, lleno de rituales mágicos y pensamientos autogenerados de apaciguamiento de la ansiedad, generada por la perfección en cuanto a la evaluación de los exámenes, cuyos daños colaterales fueron el rechazo social, la repudia, y el aislamiento, pero el pensamiento subjetivo, de que realizando tales conductas, serían la solución a mi problema frente a las puntuaciones de la evaluación, se interpusieron a lo social.

Pasé durante cerca de 12-13 años, ya no recuerdo, ni me importa, todo este sin vivir, por una parte la razón me dictaba no continuar con esos rituales, y por otro lado, la parte obsesiva, mucho más fuerte, pero irracional, eclipsaban toda lógica, lo que hizo que continuara del mismo modo.

Con 20 años, encontré el amor por primera vez. Fue la primera vez, que me ví reconocido, alejado del rechazo sufrido durante tanto tiempo. Pero el daño colateral que había generado tanto tiempo de repudia, hicieron que aquella relación, se frustrase, al pensar que sería algo efímero, que mi condición de perdedor harían el resto, y que solamente había sido un mal entendido.

El tiempo pasó, yo me veía nuevamente negando una posibilidad de positivismo, vivía por y para los demás, intentando integrarme en cualquier lugar, donde no conocieran mi pasado.

A la mínima, me alejaba, al pensar que, o bien, no eran gente sensible, o que podían volver a hacerme daño, cosa que ha hecho que haya cambiado tantas veces de amistades, para refugiarme en la soledad del pasado.

Después me volví a enamorar, parecía ver la luz, pero aún así, todavía había un rechazo innato, que hizo que esa relación fuera más bien venenosa e insana, ya que la otra persona mantenía una postura muy cercana a la mía, lo único, que trasladó su autorechazo, con el daño a la persona que estaba a su lado, osea, yo.

Aún así, continue durante 3 años y medio, pero era algo que tarde o temprano se iría al traste. De nuevo me ví refugiado en la soledad, en la desesperación, en la negación de la no existencia del amor al menos para mí, para el resto de personas si lo veía factible.






Me obsesioné con el físico, producto de su rechazo, para generarme una coraza, que hiciera menos probable un posible daño por parte de la sociedad, quería sentirme bien, para no sufrir más el rechazo del que tenía connotaciones cuasi innatas.

Ahora con el tiempo, me he dado cuenta que realmente puedo volver a enamorarme, que el pasado, únicamente es pasado, que no puedes vivir anclado a él, que el presente te da una nueva oportunidad de vivir, y mejorar, sabiendo que no existe la predisposición innata a ser perdedor, todo es producto mental autogenerado, cada uno puede ser lo que quiera, en cada momento, si luchas por lo que deseas en ese momento, y aunque una vez, dos, tres, y hasta cuatro, no consigas lo esperado, lo importante es que lo has intentado y has dejado de lado el hacer de futurólogo.

No existen las personas mejores o peores, existen situaciones peores o mejores, pero lo que verdaderamente importa es actuar siempre con tus verdaderos principios, aunque el ambiente de alguna manera haya hecho que tu visión de ti mismo, cambie, y modifique tu conducta.

Ahora solo pienso en cerrar este episodio, y vivir únicamente el día a día, el aquí y ahora, sin pensar en lo que vino, y lo que vendrá, si no en lo que estoy haciendo ahora, ya que soy únicamente, este momento, y este momento solo lo quiero dedicar a la persona que amo, y deseo.

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