viernes, 24 de junio de 2011

La Depresión de Marta

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La Depresión de Marta, es un libro de Jaime Smith Semprún. El título de este post, es el título del libro de auto-ayuda, del que voy a extraer frases que me parecen memorables:

Voy a citar unas palabras del señor Busqueras que me parecen muy juiciosas. Presumimos de una calidad de vida que es completamente irreal, con jornadas laborales que se extienden casi hasta las nueve de la noche y con dos largas y absurdas horas para comer de tres a cinco. Es preciso normalizar nuestros hábitos y adaptarlos al resto de Europa para mejorar tanto nuestra convivencia familiar como nuestra productividad y evitar riesgos por somnolencia al volante o en el trabajo. Yo añadiría: para mejorar nuestra salud. Les lanza a los políticos un mensaje de gran valor: A la gente le interesan muy poco las leyes de capitalidad o de reforma de los estatutos en comparación con la aplicación de pautas que repercutirían en su vida diaria.

Es demencial que el prime time de la televisión empiece a las diez y media de la noche. Muy poca gente se acuesta antes de la una y, sin embargo, los accesos a las grandes ciudades están muy cargados entre las siete y siete y media de la mañana. Espero sinceramente que la Fundación Independiente que lidera el señor Busqueras tenga éxito en su loable objetivo, pues, como bien dice, somos los europeos que más horas pasamos en los despachos o los talleres y, a pesar de ello, los que ostentamos el más bajo nivel de productividad.

Cuando el gran periodista y escritor Dominique Lapierre, fue a la India, tenía mucho empeño en conocer a la madre Teresa de Calcuta y se fue a verla. Al volver le preguntaron sus amigos: ¿Qué tal es la madre Teresa?. Y él contestó con una sola palabra: Bellísima. Y es que Dominique sabe apreciar la verdadera belleza, la del alma, y en eso no le ganaba nadie a esta mujer.

En mi libro Qué nos está pasando afirmo que el mundo no está dominado por el dinero, ni por políticos o dictadores, ni por la razón o la inteligencia, ni por las creencias o los partidos, sino por las emociones y, desafortunadamente, por las destructivas, como el odio, la envidia, la codicia, la ambición. ..¿Por qué es esto así? Porque la sociedad está constituida por seres humanos y éstos se dejan arrastrar en general por dichas emociones que acabo de nombrar.

Ayudar a los demás es quizás el mayor aliciente para vivir una vida satisfactoria.

Portada del libro.
Ponerse en el lugar de los demás. Es lo que se conoce como empatía, para mí una de las cualidades emocionales más importantes. Cuántas desgracias y conflictos se evitarían si tuviésemos más empatía.

Hay un libro de Linda Richman cuyo título me llama mucho la atención: Cómo ser feliz a pesar de que la vida tenga otros planes para ti. Esta frase lo dice todo sobre el problema de la vida. Queremos ser felices y debemos dedicarnos a ello.

Por eso insisto en que hemos olvidado el alma, el espíritu, y que estamos sumergidos en un materialismo atroz, sin valores ni creencias ni arraigo. No soy un idealista ni un filósofo. Sólo sostengo que cuidar el alma es un buen negocio. Una casa puede ser como un palacio, pero sin alma no podrá nunca ser nunca un hogar. Un colchón puede ser muy cómodo, pero sin paz interior no conciliaremos el sueño.

En el siglo XX, más de 30 y 5 millones de personas se han suicidado en el mundo. Una cifra que, obviamente, no habla muy bien de la salud del alma.

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